jueves, 26 de septiembre de 2013

Camino de espinas

Me sumerjo en el espejo de mi memoria, me miro y sonrío; afloran mis sufrimientos olvidados...

Mi camino en esta lucha empieza de una manera confiada y tranquilizadora.

Tras el nacimiento, en el 2006, de mi hijo, mi ginecóloga me indica que debo hacerme una mamografía. Lo fui demorando hasta que terminé de darle el pecho a mi pequeño; habían transcurrido tres años. Como mi salud era perfecta y mi cuerpo no mostraba síntomas de enfermedad, (mis pechos estaban sanos), lo fui demorando otro poquito más, hasta principios del año 2011... En febrero me hice la prueba. Transcurrido un mes, confiada en que todo estaba bien, se me indica que debo hacerme una eco-mamaria por indicación médica. Había transcurrido un mes... era el 4 de marzo: mis carnavales más tristes.





Tras la angustiosa espera comienza mi gran carrera de obstáculos invisibles, que se esconden para hacer el viaje más tormentoso, agotador, insufrible y sorprendente. Justo se enamora de ti, cuando menos preparada estas y así poder dominarte.

Mi vida ha sido un reto tras otro. Siempre recuerdo, desde que mi memoria me lo permite, una lucha continua de metas, obstáculos, retos y superaciones personales que me hacían más fuerte, si cabe, hasta que apareció mi gran amigo inseparable llamado Carcinoma.

Sola, en la sala  de espera, lloro amargamente; fueron mis primeras lágrimas de esta larga agonía. Los recuerdos me traicionan: vuelvo a llorar....


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