lunes, 8 de diciembre de 2014

Ánimos de amistad








No conocemos nuestra verdadera dimensión hasta que, atrapados por la adversidad, descubrimos que somos capaces de ir mucho más allá…

Hoy he ido a visitar   a una amiga que inicia , al igual que hice yo hace 3 años, su camino de espinas: cáncer de mama.

Unidas en el dolor y en el destino con el que se enfrenta, quiero animarla con mi ejemplo de superación, con mi historia, con mis ánimos. Decirle que con muchas ganas, mucho amor, mucho esfuerzo y mucha esperanza, todo lo que deseas se cumple.

Cuando te dan el diagnóstico, piensas que es el fin. Te arrancan el corazón y te quedas muerta. Te sumerges en ti misma y empiezas a pensar que todo se acaba. Pasas de estar en un mundo real a un mundo irreal. Naces a una nueva vida.

Empiezan las preguntas...los porqués...las causas...las dudas. Te deprimes porque te sientes  culpable de poder ser la causante de lo que te sucede.

Necesitas un motivo, una justificación de lo que te está pasando. Te preguntas : ¿Porqué a mi? 

Al no hallar respuesta, el coraje en ti misma se refuerza y piensas...quizás la vida misma me está poniendo a prueba, me está invitando a echarle un pulso.

Lo aceptas con la idea que tú ganarás, serás la vencedora, puesto que ya estás curtida en luchas desde el mismo momento que tienes uso de razón, desde que tu pensamiento te dejan recordar.

Gritas en silencio cuando piensas en tus hijos que son lo mas importante. No puedes dejarlos solos. No. Todavía no. Es por y para ellos,  aceptar que vale la pena intentarlo.

Tus hijos se convierten en tu motor. Gracias a su amor puedes caminar sobre ese camino lleno de espinas y clavos que a medida que la enfermedad avanza en tu cuerpo, ellos se hacen más presentes.

Ellos son el aroma de tu día a día, el bálsamo para tus heridas, el refugio de tu dolor, el espejo de tu superación.

 La enfermedad te quita por un lado pero te da siempre algo bueno a cambio.

Tenemos que sumergirnos en ella y ella misma nos da la respuesta.


En mi caso su respuesta son mis hijos. Mis tres hijos: el mayor. el pequeño y el pequeñito.

Son todo lo bueno que tengo. Por ellos daría mi vida; una vida que un bicho malo quiere quedársela y al cual no estoy dispuesta a entregársela.

Amiga mía...no llores, no sufras... pelea..hazte fuerte. Convierte tus lágrimas en ánimos de fortaleza, tu dolor en un sentimiento de gratitud que te enseñará a descubrir cuanto amor hay en tu vida.
LA ACTITUD ES TODO!!!
Cuídate intensamente.
Vive con simplicidad.
Ama generosamente.
Habla con delicadeza.
Y, Sobre todo,
NO TE ENTRISTEZCAS!
 Acuérdate...
Tú eres muy especial...
Y...siempre hay un motivo por el que luchar.

Oniris