sábado, 8 de febrero de 2014

El dolor de la despedida


El sufrimiento que sentimos nos eleva al infinito.

Todos los corazones tienen dones especiales que desconocemos y descubrimos en los momentos más importantes de nuestras vidas. Poquito a poco se abren y van saliendo a la realidad de la vida todo lo guardado en su interior.

Es infinitamente amoroso sentirlo, en especial, cuando la vida te golpea.  Las emociones florecen y al compartirlas se consigue el milagro: dejar que tu corazón deje de sangrar y secar tus lágrimas.

Te sientes protegida, amada, querida y mimada por todos tus seres queridos: la familia, los amigos, los compañeros, conocidos, por todo tu mundo.

Sacas fuerzas del cariño, del amor, del afecto, de los mimos, de los besos, de los abrazos... palabras de aliento...palabras de ternura...

Toda tu vida se encierra en un suspiro de dolor infinito que no encuentra consuelo que justifique el momento de la despedida. Tu también te quieres marchar, cerrar tus ojos y decir adiós. Pero no es posible., continuar es tu destino y vivir es tu meta.

Gracias, gracias, infinitas gracias a mis ángeles, mis amigos, mis amores, mis seres queridos. Vuestro cariño es mi fuerza. Con vosotros la tristeza se hace mas llevadera y la perdida mas soportable.
                                                                                                                                                         Oniris

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