lunes, 21 de noviembre de 2016

Lagrimas de amor...

Por el caminar del viejo río transcurre la filosofía de la dicha encaminada a la felicidad que, en su día, hemos disfrutado con plenitud  y alegría. Van pasando los días y nuestro ser se sorprende ante la evidencia de que todo lo conseguido se va apagando como el latir de un corazón cansado de vagar buscando la dicha de ser feliz.

 Es triste pensar que todo por lo que luchas y crees no tiene sentido.

 Te has impuesto un lema: "QUERER ES PODER", pero empieza a ser muy pesado cada vez que tus motivaciones encuentran un enemigo que intentan demostrarte que eso no es cierto. Los días pasan y ,mas que nunca, ansias tener una vida tranquila llena de felicidad, amor, alegría, diversión y, en especial, tener  motivaciones que  son la finalidad de querer seguir adelante.

Los enemigos de la infelicidad se apoderan de tus seres queridos con los que compartes parte de tu día a día y la lucha es doble; la tuya por seguir adelante y la de ellos que se intentan apoderar de la tuya.
Tiras la toalla.
No.
 Piensas... es pasajero.  Los grandes sueño y las grandes metas siempre están llenos de obstáculos que intentan  hacerte la tarea mas difícil.
No.
No desistiré...
Mi lucha es verdadera y mis razones de pensar que la vida es mas que un simple enfado o una discusión acalorada por un sentimiento encontrado, es solo fruto de una rutina que de vez en cuando se cuela mágicamente para poner a  pruebas sentimientos verdaderos.

Un ser egoísta, egocéntrico y solitario es digno de lastima. Desnudas su alma y solo encuentras negros nubarrones de infelicidad  e impotencias causadas por la desdicha de haber perdido el rumbo de sus ansias y de apostar creyendo ser las respuesta a todos sus problemas.

Por que  somos tan  acusadores? Porque no entendemos mas razones que el yo, yo y yo que no es tu yo , y criticas de manera dolorosa.

 Cuando dos amores discuten entra en juego el dolor, que disfruta haciendo una herida  difícil de cicatrizar. Tan solo el perdón, acompañado del olvido, puede conseguir superarlo y a veces no resulta suficiente.

 Yo siempre digo que debemos ganarle la batalla  a todo lo que suponga dolor...sea enfermedad, sea sufrimiento, reproches, odios, rencores, venganzas... ya que el ser humano se vuelve agresivo, intolerante, violento, impulsivo y causante  de acciones de las que puede arrepentirse pasado dicho sentimiento.

No hay mas poder que saber contener la fuerza del amor, manteniéndose firme en ella, con su misterio y su silencio. Mantener la calma y saber atraer la armonía que lo vuelve todo perfecto.



Oniris





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